BARCELONA. La exitosa rehabilitación de la central eléctrica de Southbank en la nueva sede para la galería Tate Modern en Londres que llevaron a cabo Herzog & de Meuron avala la inauguración de la nueva sede de CaixaForum en Madrid: la antigua Central Eléctrica del Mediodía, una estructura industrial del siglo XIX que sobrevivía en el casco urbano de la capital, reconvertida en un edificio que se concibe no sólo para acoger las actividades culturales promovidas por la Fundación "la Caixa" sino para constituirse como un nuevo espacio urbano público.
La capacidad para actuar como pieza dinamizadora de su entorno y constituirse como un centro de referencia para la vida cultural londinense, que con su trabajo lograron para la Tate Modern, serán probablemente también cualidades de CaixaForum Madrid, un proyecto que se distingue igualmente por el modo en que los arquitectos han tratado de aprovechar al máximo las cualidades estructurales y materiales del edificio original para lograr una obra de fuerte expresividad y solidez, dotada de una cualidad escultórica.
Preservando la estructura de ladrillo y concibiendo su intervención como una operación quirúrgica, Herzog & de Meuron han incrementado la superficie de la estructura inicial, de 2.000 metros cuadrados a 8.000, distribuidos en diferentes niveles y que acogerán salas de exposiciones, un auditorio con aforo para 300 personas, una mediateca, salas polivalentes, talleres de conservación y restauración, almacén para obras de arte, restaurante y un amplio vestíbulo con cafetería, tienda-librería, además de zonas para uso administrativo y un área subterránea de estacionamiento. La fachada original se ha preservado, habiéndose creado además un jardín vertical que imbuye de fuerte identidad a la imagen exterior del edificio, y se ha eliminado el zócalo de granito que rodeaba a la antigua usina.
Junto al Edificio Forum en Barcelona, el recién concluido CaixaForum Madrid forma parte de la serie de proyectos que este estudio está desarrollando actualmente en España, entre los que destacan la Ciudad del Flamenco en Jerez de la Frontera, así como la rehabilitación de la Plaza de España en Tenerife, y el Espacio Goya en Zaragoza.
La trayectoria de Jacques Herzog y Pierre de Meuron (ambos nacidos en Basilea en el año 1950) es paradigma del modo en que se ha constituido el perfil del arquitecto dentro de la actual sociedad mediática. Establecieron su estudio en Basilea en 1978, determinados a desarrollar su propia arquitectura. Su "Casa Azul" afirmó el comienzo de una actividad que hasta comienzos de los años 90 se caracterizó por la creación de estructuras a pequeña y mediana escala de factura impecable y por lograr sublimar las cualidades de los materiales empleados en la construcción. Con obras marcadas por la contención formal, con aparente sutilidad, con obras como el almacén y la factoría Ricola, la Casa de Piedra, el Estudio Frei, el Puesto de Señalización "Auf dem Wolf", la Bodega Dominus, la Casa Rudin, la Biblioteca de Eberswalde o el Museo Küppersmühle, Herzog & de Meuron imbuyeron a la arquitectura de una sensualidad que impactase a los sentidos y trascendiera hacia el intelecto: cada edificio latía como la posibilidad de una compleja expresión de belleza.
Tras esos comienzos como arquitectos claramente regionales y que producían una arquitectura gestada con consistencia y cuidada hasta el mínimo detalle, Jacques Herzog y Pierre de Meuron dieron el gran salto al mundo mediático tras la obtención del premio Pritzker en el año 2001. Ese momento marca la expansión global de su arquitectura, el crecimiento de la firma que ha supuesto la afirmación de Herzog & de Meuron como marca dentro del star-system y, consecuentemente, la adopción de un modo de hacer en oposición al carácter casi artesanal con que afrontaron la realización de esos proyectos a menor escala, algo que ha supuesto que la concreción de los resultados de sus actuales grandes emprendimientos dependa esencialmente de la pericia de los arquitectos locales con los que Herzog & de Meuron se asocian para construir, algo que les ha llevado a erigir fracasos como el Edificio Forum o potenciales éxitos, como el interesante y prometedor Instituto Óscar Domínguez de Arte y Cultura Contemporánea que están realizando en Tenerife junto al arquitecto Virgilio Gutiérrez.
La suma de estos factores ha actuado en detrimento del sostenimiento y desarrollo de la base conceptual de su arquitectura: hoy, Herzog & de Meuron son especialistas en diseñar proyectos que saben responder a las expectativas icónicas y alcanzar la repercusión mediática deseada por sus comitentes, pero que en su apresuramiento o ambición carecen o ponen en crisis su profundidad estética y la indagación en la dimensión de lo sensible. Al tratar de superar los límites donde intrínsecamente residían, esos valores esenciales de su visión arquitectónica se desfiguran. O bien caminan hacia una reformulación, como evidencian en obras recientes como la Biblioteca de Cottbus, el Pabellón en el Parque de Arquitectura en Jinhua, el Estadio Olímpico de Pekín o CaixaForum Madrid.
La capacidad para actuar como pieza dinamizadora de su entorno y constituirse como un centro de referencia para la vida cultural londinense, que con su trabajo lograron para la Tate Modern, serán probablemente también cualidades de CaixaForum Madrid, un proyecto que se distingue igualmente por el modo en que los arquitectos han tratado de aprovechar al máximo las cualidades estructurales y materiales del edificio original para lograr una obra de fuerte expresividad y solidez, dotada de una cualidad escultórica.
Preservando la estructura de ladrillo y concibiendo su intervención como una operación quirúrgica, Herzog & de Meuron han incrementado la superficie de la estructura inicial, de 2.000 metros cuadrados a 8.000, distribuidos en diferentes niveles y que acogerán salas de exposiciones, un auditorio con aforo para 300 personas, una mediateca, salas polivalentes, talleres de conservación y restauración, almacén para obras de arte, restaurante y un amplio vestíbulo con cafetería, tienda-librería, además de zonas para uso administrativo y un área subterránea de estacionamiento. La fachada original se ha preservado, habiéndose creado además un jardín vertical que imbuye de fuerte identidad a la imagen exterior del edificio, y se ha eliminado el zócalo de granito que rodeaba a la antigua usina.
Junto al Edificio Forum en Barcelona, el recién concluido CaixaForum Madrid forma parte de la serie de proyectos que este estudio está desarrollando actualmente en España, entre los que destacan la Ciudad del Flamenco en Jerez de la Frontera, así como la rehabilitación de la Plaza de España en Tenerife, y el Espacio Goya en Zaragoza.
La trayectoria de Jacques Herzog y Pierre de Meuron (ambos nacidos en Basilea en el año 1950) es paradigma del modo en que se ha constituido el perfil del arquitecto dentro de la actual sociedad mediática. Establecieron su estudio en Basilea en 1978, determinados a desarrollar su propia arquitectura. Su "Casa Azul" afirmó el comienzo de una actividad que hasta comienzos de los años 90 se caracterizó por la creación de estructuras a pequeña y mediana escala de factura impecable y por lograr sublimar las cualidades de los materiales empleados en la construcción. Con obras marcadas por la contención formal, con aparente sutilidad, con obras como el almacén y la factoría Ricola, la Casa de Piedra, el Estudio Frei, el Puesto de Señalización "Auf dem Wolf", la Bodega Dominus, la Casa Rudin, la Biblioteca de Eberswalde o el Museo Küppersmühle, Herzog & de Meuron imbuyeron a la arquitectura de una sensualidad que impactase a los sentidos y trascendiera hacia el intelecto: cada edificio latía como la posibilidad de una compleja expresión de belleza.
Tras esos comienzos como arquitectos claramente regionales y que producían una arquitectura gestada con consistencia y cuidada hasta el mínimo detalle, Jacques Herzog y Pierre de Meuron dieron el gran salto al mundo mediático tras la obtención del premio Pritzker en el año 2001. Ese momento marca la expansión global de su arquitectura, el crecimiento de la firma que ha supuesto la afirmación de Herzog & de Meuron como marca dentro del star-system y, consecuentemente, la adopción de un modo de hacer en oposición al carácter casi artesanal con que afrontaron la realización de esos proyectos a menor escala, algo que ha supuesto que la concreción de los resultados de sus actuales grandes emprendimientos dependa esencialmente de la pericia de los arquitectos locales con los que Herzog & de Meuron se asocian para construir, algo que les ha llevado a erigir fracasos como el Edificio Forum o potenciales éxitos, como el interesante y prometedor Instituto Óscar Domínguez de Arte y Cultura Contemporánea que están realizando en Tenerife junto al arquitecto Virgilio Gutiérrez.
La suma de estos factores ha actuado en detrimento del sostenimiento y desarrollo de la base conceptual de su arquitectura: hoy, Herzog & de Meuron son especialistas en diseñar proyectos que saben responder a las expectativas icónicas y alcanzar la repercusión mediática deseada por sus comitentes, pero que en su apresuramiento o ambición carecen o ponen en crisis su profundidad estética y la indagación en la dimensión de lo sensible. Al tratar de superar los límites donde intrínsecamente residían, esos valores esenciales de su visión arquitectónica se desfiguran. O bien caminan hacia una reformulación, como evidencian en obras recientes como la Biblioteca de Cottbus, el Pabellón en el Parque de Arquitectura en Jinhua, el Estadio Olímpico de Pekín o CaixaForum Madrid.
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